Acostumbrarse a morir
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La muletilla es real y se sigue enseñando en las escuelas de periodismo no sólo nacionales, sino en el mundo. A los muchachos se les enseña que ya no es noticia que un perro muerda a un hombre. La noticia se da, cuentan los doctos profesores que no salen de sus grises paredes, cuando el hombre muerda al perro. Es decir, acostumbrarnos e incluso “disfrutar” una especie de violencia fatal en todos sus órdenes y aristas, irreversible y con la cual hay que convivir sin que ésta cause reparo, sea noticia o provoque escozor alguno.
Y sí, no hay peor cosa que precisamente esto: ya no es noticia en Coahuila que un niño muera bajo las fauces de un perro (los niños Jesús Salvador, cinco años, e Iker, tres años), ya no es noticia que Fuerza Coahuila violente los derechos civiles de los ciudadanos (represión brutal en Monclova el pasado 5 de enero), ya no es noticia que los jóvenes se suiciden y que lo intenten cuantas veces sea necesario hasta lograrlo (al día de hoy en que redacto estas notas, tengo contabilizados, y sólo en la región, 31 suicidios. Por lo general y lo más doloroso, son jóvenes todos ellos), ya no es noticia que los funcionarios desvíen dinero a manos llenas del erario estatal o nacional (aquí no los procesan, pero sí en Estados Unidos, en España o Italia, Javier Villarreal Hernández, Jorge Torres López, Tomás Yarrington…), ya no es noticia los embarazos de adolescentes (Coahuila, primer lugar nacional), ya no es noticia que nuestros jóvenes se alcoholicen a cada vez más temprana edad, en especial las mujeres (batalla campal en el centro de Saltillo donde participaron más de 70 jóvenes), ya no es noticia que haya muertos por accidente de tránsito en las carreteras y bulevares urbanos (prensado y muerto quedó entre dos tráileres José Santos Peña; también murió arrollada una niña menor de edad también hace semanas).
En Coahuila, ya nada es noticia. Nos hemos acostumbrado lastimosamente a convivir con la violencia en todas sus manifestaciones. Los nativos de estas tierras han perdido la capacidad de asombro, de cuestionarse la “realidad” que observamos y que damos por “normal”. ¿Cuánto han contribuido las redes sociales a este estado zombi de los coahuilenses? Mucho. Prensado y muerto quedó en un auto en un bulevar local el C. Santos Peña y luego una niña, en su auto familiar, fue embestida por un tráiler pesado. Según un análisis de “México Evalúa”, nuestro País ocupa la posición número 12 de 123 países con la más elevada tasa de mortalidad por imprudencia. Coahuila anda a media tabla, entre el lugar 14 y 16. Dice el estudio: “Pareciera que los mexicanos nos hemos acostumbrado a que las ciudades son escenarios propicios para tan alta mortandad”.
ESQUINA-BAJAN
Ciudades de alta concentración urbana y de rango industrial como algunas de Estados Unidos, España o Austria, están muy lejos de los índices de muertes por este motivo que tiene México y en especial Saltillo. Morir machucado en Saltillo a nadie espanta y se le considera normal. No es noticia. Dice Chilote López Villarreal en estribillo machacón: “La mejor ciudad para vivir”. Si así fuese, los jóvenes no se suicidarían a pasto. Los jóvenes en Saltillo no tienen esperanza, su corazón es inservible y no tienen momentos de dicha. Por esto se suicidan. Tampoco hay programas de prevención, mapa de zonas de alto riesgo, encuestadores y profesionales de la salud mental.
En 10 días (del día martes 28 al 6 de abril, es decir, en sólo 10 días, cinco suicidios. Cada dos días, un ser humano se suicida). Ese día infausto, el 5, fue encontrado colgado en un árbol un joven de apenas 22 años de edad, Víctor Rodríguez Ramírez. Lea su situación personal y cuadre usted el estado socioeconómico. Van los datos: 22 años, padecía tuberculosis desde hacía un año, vivía en la colonia Puerto de Flores, para llegar a esta colonia hay que cruzar el arroyo Las Flores (o viceversa) que divide a esta colonia con la Josefa Ortiz de Domínguez. El estrato económico es bajo (para decirlo eufemísticamente), el joven no tenía trabajo y nadie lo quería contratar por su enfermedad. ¿Sabe cómo se ganaba un peso para llevar a casa? Recolectando botes de aluminio. ¿Es Saltillo la mejor ciudad para vivir? Pregúnteselo a Chilote López Villarreal que para fortuna de todos ya se va.
Para el día 9 de abril y ante los olores nauseabundos que se despedían en unas tapias en ruinas en la colonia Lomas de Zapalinamé, fue encontrado colgado el cuerpo de un hombre al cual ya se lo estaban tragando los perros. Uno de los camaradas (Daniel de Jesús Camacho) de un grupo de indigentes que se reúnen en la calle 23 del sector. ¿Fue alguna vez López Villarreal, Juan Carlos Guerra o Esther Quintana o mandaron a su respectivo chofer para ver en qué situación viven los habitantes de esta parte de la ciudad? Y aun así, ante tanto desaliento, falta de trabajo y mapeo de problemas urbanos, Esther Quintana ha dicho reiteradamente que va a continuar el “trabajo” de Isidro López Villarreal. Por eso va a perder. Y feo.
LETRAS MINÚSCULAS
En Coahuila todo mundo se está acostumbrando a morir y a ver morir…