‘Apariencias’
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TEMAS
ESTIMADA ANA:
A raíz de que comencé a tener novio, mi mejor amiga y yo nos distanciamos. Las dos trabajamos en donde mismo y desde entonces, prácticamente no hablamos y me he enterado que ha dicho cosas de mi y eso me duele mucho.
Me siento muy sola porque ya no somos amigas y me incomoda que ella se vaya cuando yo llego a algún lugar. Llego a mi casa por las noches y me siento muy triste, pues hemos sido amigas desde la infancia.
Ahora todo se complica porque mi novio anda de un carácter muy extraño, está serio y no es nada cariñoso conmigo, como si algo le preocupara y eso me pone de peor ánimo.
CARINA
ESTIMADA CARINA:
Es normal que a lo largo de nuestras vidas ocurran distanciamientos de personas que han sido importantes para nosotros. En el caso de los mejores amigos, esos que han estado en los momentos más importantes puede que ocurran ciertos acontecimientos que rompan con esa amistad. Generalmente la comunicación es el motivo por el que la relación se rompe.
Te recomiendo que te acerques a ella, finalmente existe la confianza para hacerlo, hay cariño entre ustedes y puedes preguntarle el por qué de su actitud y su reacción a raíz de que tienes novio.
ANA
ESTIMADOS LECTORES:
Una mujer con un vestido de algodón barato y su esposo, vestido con un humilde traje, se bajaron del tren en Boston y caminaron tímidamente sin tener una cita a la oficina de la secretaria del presidente de la Universidad de Harvard.
La secretaria adivinó en un momento que esos venidos de los bosques, campesinos, no tenían nada que hacer en Harvard.
- Desearíamos ver al presidente -dijo suavemente el hombre.
- Él está ocupado, contestó la secretaria.
- Esperaremos, replicó la mujer.
Por horas la secretaria los ignoró, esperando que la pareja finalmente se desanimara y se fuera. Ellos no lo hicieron y la secretaria vio aumentar su frustración y finalmente decidió interrumpir al presidente, aunque era una tarea que ella siempre esquivaba.
Tal vez si usted conversa con ellos por unos minutos se irán, dijo la secretaria al presidente de la Universidad. Él hizo una mueca de desagrado y asintió. Alguien de su importancia obviamente no tenía el tiempo para ocuparse de gente con vestidos y trajes baratos.
Sin embargo, el presidente, con el ceño adusto pero con dignidad, se dirigió con paso arrogante hacia la pareja.
La mujer le dijo:
- Tuvimos un hijo que asistió a Harvard por sólo un año. Él amaba a Harvard. Era feliz aquí, pero hace un año murió en un accidente. Mi esposo y yo deseamos levantar algo, en alguna parte del campus, que sea en memoria de nuestro hijo.
El presidente no se interesó.
- Señora, dijo ásperamente, no podemos poner una estatua para cada persona que asista a Harvard y fallezca. Si lo hiciéramos, este lugar parecería un cementerio.
- Oh no, explicó la mujer rápidamente. No deseamos erigir una estatua. Pensamos que nos gustaría donar un edificio a Harvard.
El presidente entornó sus ojos, echó una mirada al vestido y al traje barato de la pareja y entonces exclamó:
-¡Un edificio! ¿Tienen alguna remota idea de cuánto cuesta un edificio? ¡Hemos gastado más de siete millones y medio de dólares en los edificios aquí en Harvard!
Por un momento la mujer quedó en silencio. El presidente estaba feliz. Tal vez se podría deshacer de ellos ahora.
La mujer se volvió a su esposo y dijo suavemente: ¿tan poco cuesta iniciar una universidad? ¿Por qué no iniciamos la nuestra? Su esposo asintió. El rostro del presidente se oscureció en confusión y desconcierto.
El Sr. Leland Stanford y su esposa se pararon y se fueron, viajando a Palo Alto, California, donde establecieron la universidad que lleva su nombre, la Universidad Stanford, en memoria de un hijo del que Harvard no se interesó.
La universidad “Leland Stanford Junior” fue inaugurada en 1891, en Palo Alto. “Junior” porque era en honor al fallecido hijo del rico terrateniente .
Ése fue su “memorial”. Hoy en día la universidad de Stanford es la número uno del mundo, por arriba de Harvard.