El papelón de Santos y Chivas
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Ni Chivas ni Santos están en condiciones de tercerizar responsabilidades en el desastroso comienzo de torneo que experimentan. Los dos equipos distan de ser competentes y no dan señales de cambio.
Ni el criterio de los árbitros ni la poca fortuna son atribuibles a semejante papelón futbolístico. Tampoco las circunstancias que se presentan en los partidos, como dice el “Chepo” De la Torre, ni la supuesta “mano negra” de la que sospecha Almeyda.
Ninguno de los dos equipos ha podido ganar en cinco fechas, pero quizás eso sea lo de menos. Sus méritos no están relacionados a la ambición y hoy se han quedado cortos y expuestos.
Sabido es que en el futbol no importa la talla del adversario cuando el déficit es interno. Un equipo en donde la idea no funciona se queda sin referencias y no define los contrastes. No visualiza rivales complejos ni medianos, sino que todo se generaliza. Sin estabilidad, sufre ante cualquiera.
Chivas suponía un arranque tormentoso, pero no tan dramático. Desde la pretemporada venía anunciando que no podía lograr el equilibrio. También avisaba que ya no tenía la fuerza para ganar un partido. Como si a toda su furia competitiva la hubiera descargado en su reciente título.
Las confirmaciones de su debilidad llegaron muy pronto. En la Liga, Chivas lleva cinco juegos en fila sin demostrar rasgos evolutivos. Se ha desplomado y su crisis se profundiza. Recuperó a una decena de jugadores, pero ni así tampoco ha logrado sostenerse. Se ha aburguesado.
Almeyda reconoce que es todo lo que tiene a su alcance y debe apelar al factor emocional para levantar a un grupo de jugadores que parece estar mareado por lo conseguido en el semestre anterior. El éxito quizás pasó a ser el peor enemigo: Chivas da muestras de no saber dominarlo.
De todos modos, Almeyda aún tiene cierta inmunidad. No puede ser hoy el peor entrenador cuando hace algunos meses era el mejor de todos. El impredecible Vergara y los propios aficionados le han extendido el beneficio de la duda. Igual también creen en eso de las conspiraciones.
En la Comarca, el “Chepo” de la Torre está construyendo su propio calvario. Santos se ha atorado entre lo que es y lo que aspira a ser. No gana, pero tampoco juega mejor que antes. En todos los partidos hay más retrocesos que progresos. Está ciclado, aturdido y es abucheado.
Hoy, estos dos equipos sumidos en la vergüenza deportiva se enfrentan en Torreón en un duelo de desesperados. A como vienen, hasta hay probabilidades de que pierdan los dos, si vale la ironía.