“El secreto de la vida es…”

Una multitud de mujeres y hombres de clase media y alta, hartos e indignados, gritan en la Plaza Pública: “¡Queremos a los culpables de la megadeuda y de las empresas fantasmas para quemarlos en leña de mezquite seco! Estamos dispuestos a todo, porque ”la honestidad no teme ni a la luz ni a la oscuridad”. 

Primer acto
Los partidos políticos y candidatos independientes en campaña, sensibles a esta exigencia de honestidad, prometen instrumentar medidas para acabar con la deshonestidad del llamado moreirato: Eliminar el fuero, armar una Fiscalía Anticorrupción autónoma, crear observatorios ciudadanos, enjuiciar a funcionarios corruptos, transparentar licitaciones, etcétera. Al escuchar estos compromisos, la muchedumbre aplaude, delirante, en la Plaza Pública.

Segundo acto
En Coahuila, ni el PRI, PAN o PRD cumplieron  con la obligación de publicar su información en la Plataforma Nacional de Transparencia. La fecha límite era el 5 de mayo. Tampoco lo hicieron los partidos estatales que participan en la “Alianza Ciudadana por Coahuila” y “Por un Coahuila Seguro”. 

Ninguno reportó su listado de aportantes a las campañas políticas, el financiamiento privado, el padrón de proveedores, la contratación de servicios profesionales por honorarios, los viáticos, los gastos de representación y la información financiera trimestral.

“De 282 candidatos a Diputados Locales que contabiliza la Plataforma de Candidato Transparente del IEC, únicamente 89 han cumplido con publicar sus bienes. 193 no lo hicieron”. Entre los incumplidos están los candidatos plurinominales Jesús Berino (PRI), Juan Antonio García Villa (PAN), Raúl Sifuentes (MC), Virgilio Maltos Long (PT), Édgar Puente (PJ) y Samuel Acevedo (PSDI). 

Tercer acto
Desde una azotea que mira la Plaza Pública, un joven millennial observa al gentío enardecido mientras se toma una chela. Viste una camiseta negra y jeans. En letras blancas su camiseta dice: “El secreto de la vida es la honestidad y el trato justo. Si puedes fingir eso, lo has conseguido”. Groucho Marx.