La Odisea
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El próximo mes de junio se cumplirán 20 años de la muerte de Jacques Cousteau, una referencia obligada para los realizadores de documentales submarinos por ser uno de los pioneros de este género.
Por lo mismo, para las nuevas generaciones es un nombre si no poco conocido totalmente desconocido, ya que a nuestra generación todavía nos tocó ver competir algunos de sus documentales con programas como “Disneylandia” que retrataban a su manera la fauna del mundo, así como a los trabajos que inspiró como los del cineasta coahuilense Ramón Bravo, como escribió Víctor Roura para el periódico “El Financiero” al morir Cousteau: “Ahora todos los videos que tratan sobre el mar continúan las líneas del profesor Cousteau, cuya enseñanza ha sido adoptada en distintos países de los cinco continentes (en México tenemos a Ramón Bravo, que se ha encargado de introducirse a nuestros mares para conservarlos con métodos similares a los de Cousteau)”.
Todo esto viene a colación porque estas última semanas se ha estado exhibiendo favorablemente con muy buena aceptación por parte de los cinéfilos de Saltillo la película de manufactura francesa “La Odisea”, que nos acerca a ese muy influyente pero a la vez temiblemente ambicioso pionero, innovador, documentalista, investigador y finalmente ambientalista Jacques Yves Cousteau, a través de un recorrido por su prolífica trayectoria en tres décadas que definieron su legado desde finales de los años 40 hasta fines de la década de los 70.
Así, la cinta nos remonta al año de 1949 cuando Jacques (Lambert Wilson), primero acompañando de otros interesados en la fotografía submarina, y después en compañía de su familia integrada por su esposa Simone (Audrey Tatou, del clásico “Amélie”) y sus entonces dos pequeños hijos Jean-Michel y Phillipe, teniendo un éxito casi automático al iniciarse en la filmación de documentales a partir de que obtiene la prestigiada Palma de Oro del Festival Internacional de Cine de Cannes con “El mundo del silencio”, en el año de 1956.
Sin embargo, a partir de la década siguiente, ya con sus hijos adultos inicia una de las etapas más conflictivas de su vida tanto personal como profesional, ya que en lo que Jean-Michel (Benjamin Laverne) decide dedicarse a la arquitectura, el más chico, Phillipe (Pierre Ninney, de “Un hombre ideal” e “Yves Saint Laurent”) se inclina por seguir los pasos de su padre en las filmaciones submarinas, al tiempo que su padre empieza a tener problemas para levantar el financiamiento de sus proyectos y entrar por consiguiente en deudas y crisis financiera.
Dirigida por el cineasta Jerome Salle, “La Odisea” es justo un deleitable recorrido audiovisual tanto a la vida del controvertido cineasta como de los entornos naturales que lo hicieron célebre, y aunque está basada en un libro de su hijo Jean-Michel se basó en otras fuentes independientes para redondear el relato que resulta aderezado con muy buenas actuaciones de todos los involucrados pero también una fotografía, música y sonido de primer nivel, este último que por lo mismo se vio galardonado en la más reciente entrega de los premios César (los Oscares franceses) al mejor sonido del año 2016. Gran homenaje al legado cinematográfico y ambientalista de Cousteau.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com, Twitter: @AlfredoGalindo