Mirador 03/08/17
/
3 agosto 2017
COMPARTIR
TEMAS
Estoy frente al mar; el siempremar.
Él me habla, pero no puedo entender lo que me dice.
No alcanzo a percibir su voz en la ola, que casi ya no es ola ni en el oleaje de las noches de tormenta.
Y es que no soy hombre de mar afuera, sino de tierra muy adentro.
A la tierra sí la oigo.
Ahora mismo me está hablando.
¿La oyes? ¿No?
¿Cómo puede ser que no la escuches?
Su voz es clara, como la de una madre que le habla a su hijo.
Escúchala. Me está diciendo:
–¿Cuándo regresas?
¡Hasta mañana!...
TEMAS