Rodar juntos
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El chistecillo de “Selecciones” tiene su chispa. Relata cómo Alex, de tres años, hija de Jocelyn, acaba de aprender a rodar por el piso. Va con su bisabuela, de 95 años, con el deseo de mostrarle su nueva habilidad. –¡Ven, abuelita– le dice –rodemos juntas!. –No, cariño, yo no puedo hacer eso– contesta la bisabuela. –Está bien –responde Alex– Tal vez puedas el próximo año, cuando estés un poco más grande… ¡ja!
El pasado Día del Padre puso en la mira el diálogo entre generaciones. Desde los que empiezan a hablar, hasta los que estudian carrera universitaria; pasando por los adolescentes, los ninis y los desadaptados; se dio el acercamiento de la comunicación.
Alex está descubriendo sus habilidades. No sólo quiere exhibirlas sino compartirlas. Ella quisiera andar en bicicleta pero siempre le dicen lo mismo: “cuando estés un poco más grande”. Eso la hace comprender a la bisabuela que dice no poder rodar con ella. “Ya podrá cuando esté más grande”, piensa, y decide esperar un año más.
Las habilidades tecnológicas de los chavos y chavas hacen que se vuelvan los instructores de sus padres. El hijo ha sido el solucionador de varios problemas de padres y abuelos en el mundo digital, virtual, cibernético. El bagaje de información de adolescentes y jóvenes es tan cuantioso que se convierten en enciclopedias vivientes o en sabelotodos que tienen casi todas las respuestas.
Los estudios con programas modernos están dando una capacitación más actualizada, con un elenco de adelantos en todas las disciplinas. En un mundo de cambio acelerado, las novedades hacen obsoleto lo recientemente aceptado. El diálogo no resulta tan fluido cuando el papá se sienta en pupitre de secundaria, aleccionado por su hija o su hijo, que lo ponen al día con datos para él desconocidos.
Algunas limitaciones de progenitores en adultez mayor invierten los papeles. Son hijos y nietos quienes hacen las correcciones, reprenden la lentitud o señalan los olvidos. El contraste se da en hogares en que algunos hijos se vuelven más solícitos, más cooperadores, con admirable comprensión.
No podrán las bisabuelas rodar con los chiquitines pero el que las inviten a vivir una nueva experiencia significa confianza y que las esperen un año significa gran paciencia infantil. El diálogo en familia es un sarape que no debe dejar de tejerse cada día. El día festivo hizo un acercamiento que puede mejorar esa preciosa ensalada de la comunicación hogareña que puede dar la espalda a todas las pantallas, cualquiera que sea su tamaño… ¡A rodar todos pues!… ¡ja!