¿Se darán las alianzas?
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Más allá de rumores y noticias falsas lanzadas en las redes sociales sobre adhesiones, existen pronunciamientos concretos y algunos acercamientos entre los candidatos
Al entrar al tercer tercio las campañas de los aspirantes a la Gubernatura del Estado, que, al igual que en el Edomex, tiene dos personajes que evidencian -de acuerdo con las encuestas un empate técnico- se advierte que las alianzas podrían surgir de un momento a otro.
De hecho, en el ambiente se percibe esa sensación.
Hoy, tanto en el Estado de México como en Coahuila, el PRI junto con los partidos minoritarios aliados y el PAN, con los suyos, no tienen garantizado el triunfo, por lo que requieren del empuje de liderazgos y más minorías -incluyendo las que convocan los candidatos independientes- las cuales podrían ser los fieles en la balanza.
Aquí en Coahuila, más allá de los rumores y de noticias falsas lanzadas en las redes sociales sobre adhesiones, existen pronunciamientos concretos y algunos acercamientos entre candidatos que no ven con malos ojos este tipo de uniones de última hora.
El pasado lunes 8 de mayo, VANGUARDIA consignó declaraciones del abanderado de Morena, Armando Guadiana, quien subrayó la necesidad de conformar un bloque opositor para enfrentar al PRI, y lanzó anzuelos a otros candidatos a gobernador.
José Ángel Pérez, candidato del PT, confirmó que ha tenido reuniones con Guadiana, lo que dijo, abre la posibilidad de que se unan más opositores.
Esto, al candidato priísta de la coalición Por un Coahuila Seguro, Miguel Riquelme, dijo no preocuparle, pues expresó que las alianzas de facto demuestran que el objetivo de la oposición es el poder, sin conciencia ideológica.
Apenas el viernes pasado, Lenin Pérez Rivera, líder moral del partido Unidad Democrática de Coahuila (UDC), que integra la Alianza Ciudadana por Coahuila que encabeza el PAN, hizo un llamado al voto útil.
Pérez Rivera fue directo y convocó al candidato independiente Javier Guerrero y al abanderado de Morena Armando Guadiana a sumarse a Guillermo Anaya.
En estos momentos ya solo restan 17 días para que concluyan las campañas políticas en Coahuila y 20 días para la elección.
En las últimas tres semanas de campaña electoral los ojos están puestos efectivamente en los candidatos y sus propuestas, pero también en los líderes de opinión, los ciudadanos que influyen y los candidatos que no tienen posibilidades de gobernar, pero que tendrían capital político para sumar a la alternancia.
En este contexto no será extraño que en los días por venir los punteros Miguel Riquelme y Guillermo Anaya hagan adhesiones y llamados para que liderazgos, organizaciones e inclusive candidatos de otras fuerzas políticas se sumen a su campaña.
Sin embargo, al margen de todo, la decisión de que a Coahuila le vaya mejor está en su ciudadanía y los liderazgos.
Al final en todo este entramado quién decide es el electorado de los distintos niveles sociales. Las elecciones -no debemos olvidarlo- son para empoderar al ciudadano, sus decisiones, y que una vez que pase la elección exija cuentas.
Más allá de la sobreinformación expuesta en medios, en redes sociales y de boca en boca, la sociedad coahuilense tiene el reto de ser una sociedad participativa, donde tome decisiones estratégicas, conscientes de las consecuencias de las mismas.
Hay retos enormes para gobierno, partidos políticos, autoridades electorales, sociedad civil y ciudadanos. En las vísperas del proceso electoral todos deben de dar cuenta de la imparcialidad, el profesionalismo y la madurez política.
Esperemos que así sea.
Por lo pronto lo más importante de esté colofón campañero es que la gente despierte de la apatía; el poder es de ellos y de nadie más.
Veremos si las alianzas logran también la adhesión de la ciudadanía.