Senadores viajeros y gastones
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Como que ya viene siendo hora de que los políticos mexicanos reflexionen en los presupuestos que se asignan y en lo que perciben los trabajadores del país
Entre la montaña de billetes que gastan en un año de “trabajo” legislativo los senadores, 2 millones podría resultar poca cosa, una ganga, casi nada, pero si tomamos en cuenta que fue para un viaje que aparenta ser más de placer y a un paradisiaco lugar del pacífico, al otro lado del mundo, donde desde que pisaron la escalinata del avión se dieron trato de reyes, y conscientes de que eso lo pagamos todos los mexicanos con nuestros impuestos, la cosa cambia.
Cuando decimos montaña de billetes nos referimos a que el presupuesto de la Cámara Alta es de alrededor de 4 mil 500 millones de pesos, cada año.
Esta aventura legislativa que documenta con más precisión VANGUARDIA luego de la revelación que hizo el periódico Reforma, ahora profundizado por el diario español El País, nos revela cómo son nuestros políticos del Congreso.
De que los parlamentarios fueron a un lugar de ensueño en enero pasado, no hay duda, los reportes periodísticos lo revelan como lo muestran también los precios que pagamos los mexicanos para que los priistas, panistas, y verdes fueran a cumplir a Fiyi con su “obligación”.
El viaje fue hecho por nueve senadores y un empleado del Senado y le costó al erario 110 mil dólares.
Ahora sabemos que el vuelo fue la parte más cara del viaje, pues los boletos de avión se compraron con menos de un mes de anticipación y fueron adquiridos en el pico de la temporada alta de diciembre, por lo que costaron 1.33 millones de pesos.
De acuerdo con la información, el priista tamaulipeco, ex gobernador, por cierto, Manuel Cavazos Lerma tuvo el pasaje más caro: 186.000 pesos (más de 10.000 dólares).
Y de los viáticos qué le decimos, hágase usted la idea, la clase política está acostumbrada a servirse con la cuchara desde que abre los ojos por la mañana.
Más allá de los 117 mil pesos que gana al mes, más las dietas, más los viajes por el país, sobre todo a su casa, de ida y vuelta a la Ciudad de México, más las percepciones por comisiones, los gastos de seguro médico y un largo etcétera, pues para ellos y ellas es normal contar con todo de primera. ¿O no?
En este viaje a las islas Fiyi para participar en la 25 Reunión Anual del Foro Parlamentario Asia-Pacífico, los legisladores Manuel Cavazos, Lilia Merodio, Ascensión Orihuela, Daniel Ávila, José de Jesús Santana, Itzel Ríos, María Elena Barrera, Sonia Mendoza y Rosa Adriana Díaz participaron en cuatro reuniones plenarias y siete bilaterales e impulsaron cinco de las 21 resoluciones del encuentro: sobre pobreza, narcotráfico y trata de personas, crecimiento sostenible, cambio climático y paridad de género.
Para estos senadores la exhibida mediática por gastones va representar en los próximo días un anécdota más a la avalancha de críticas que reciben en medios de comunicación y sobre todo más, ahora, en las redes sociales, pero quizás también le sirva de reflexión a la cámara en general, al igual que a la de diputados, que también son especialistas en gastar dinero del erario.
Dicen que el equipo de nueve senadores fue hasta aquellos lares del Pacífico a hablar entre otros temas, de pobreza.
Y precisamente en un país con los altos índices de pobreza como México (55.3 millones de pobres, 2.7 en pobreza extrema) donde los salarios y pensiones de la mayoría son insuficientes para tener una vida digna, ofende que sigan gastando lo que gastan.
Tan solo el año pasado el Senado de la República erogó alrededor de 4,422 millones de pesos para dietas, honorarios, sueldos y gastos de la Cámara, de los cuales 1,840.4 millones de pesos se fueron al rubro de servicios generales.
En esos llamados rubros generales se encuentra el dinero destinado a los cinco grupos parlamentarios, a los viáticos y viajes de los legisladores, así como al pago por alimentos y servicio de cafetería.
Como que ya viene siendo hora de que los políticos mexicanos reflexionen en los presupuestos que se asignan y en lo que perciben los trabajadores del país.
Naturalmente que no se trata irse al extremo y eliminarles de tajo todo a los parlamentarios, pero ellos mismo tienen que valorar en qué le sirven tantos viajes de ellos a la Nación, ¿es necesario gastar, despilfarrar esas ofensivas cantidades?
Es cierto, muchas veces se hace escarnio y se ofende y ataca verbalmente a los políticos en las redes sociales (y a algunos en persona), pero también en cierto que históricamente se han sobrepasado en gastos y en los pobres resultados que nos dan. Ojalá y reflexionen.