SEP dona 1 millón de tabletas; 54% de las escuelas que las recibieron no tienen Internet

Ciudad de México.- La Secretaría de Educación Pública (SEP) entregó, durante el 2015, al menos 948 mil 133 tabletas electrónicas a estudiantes de quinto año de primaria en 30 mil 632 escuelas de 15 estados de la república; sin embargo más de la mitad de los planteles no contaban con servicio de internet.

La Coordinación General PrendeMX coordinó la dotación bajo el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital, el cual se realizó sin justificación, planeación, metodología, seguimiento, medición de resultados y en medio de la opacidad e irregularidades, según mostró el informe de resultados de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2015 que realizó la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y que fijó 27 observaciones al programa social.

Para apoyo en el aprendizaje e inclusión al mundo de la tecnología, la SEP optó por entregar tabletas a estudiantes de quinto año de primaria y a sus figuras educativas. La población objetivo del programa ascendía a un millón 4 mil personas y los dispositivos se entregaron al 94.4 por ciento de estos, es decir a 948 mil 133 estudiantes y 40 mil 356 maestros en 30 mil 632 instituciones educativas.

En 16 mil 562 escuelas en donde entregaron las tabletas no contaban con internet, lo que correspondió al 54.1 por ciento del total de los planteles beneficiados, mientras que en 642 casos no existió información si tenían el servicio, señaló el documento.

“Que la Coordinación General @prende.mx investigue las causas por las que no todas las escuelas en las que se entregaron tabletas electrónicas dispusieron del servicio de internet”, detalló una de las observaciones realizadas por el ente fiscalizador.

Además se donaron los aparatos sin comprobación. De acuerdo a la Auditoria Superior de la Federación no hay información precisa de los centros de maestros y escuelas normales; de la fecha de entrega de los dispositivos, y tampoco de los beneficiarios. “Por lo que no existe certeza de que la entrega de tabletas se realizó con oportunidad”. Ni siquiera se tiene información si en los 30 mil 632 contaban con energía eléctrica.

Por otra parte, no corresponden con las figuras educativas establecidas en los lineamientos de operación del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital. Al menos 85 contenidos educativos seleccionados no fueron validados.

Los resultados de la Fiscalización destacaron que los aparatos fueron entregados sin un plan de seguimiento, ni metas. La Auditoría, incluso, recomendó suspender total o parcialmente el programa en caso de no corregir los errores dentro del programa.

“Esto es tan sólo un aspecto de lo que que sucede con los recursos públicos, del erario público,” expresó, en entrevista con SinEmbargo, Gabriel Sosa Plata, investigador egresado de la UNAM, quien reveló en su cuenta de Twitter las observaciones encontradas por parte de la ASF a éste programa de la SEP.

OPACIDAD

Aunado a la falta de justificación para la selección de los beneficiarios de los dispositivos electrónicos, el informe reveló que no se mostraron los criterios de priorización. No se entregó la matrícula de alumnos inscritos en forma regular en quinto grado, ni el registro de las figuras educativas en servicio en 2015.

Tampoco hay información sobre la fecha en que dieron los aparatos. En los estados de Sonora, Colima y Tabasco no se aplicó el protocolo de verificación física, técnica y funcional de las tabletas otorgadas por el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital. En Sinaloa, “no se acreditó la entrega a las figuras educativas”.

“Hay una cantidad de recursos utilizados que no sabemos bien cómo fueron usados porque se basan en fuentes de la misma dependencia pero bajo criterios de buena voluntad, incluso, en muchos casos no se pudo constatar que efectivamente se hayan entregado estos equipos a los beneficiarios”, destacó Gabriel Sosa Plata.
Para el experto este caso muestra que hace falta una mayor exigencia para la transparencia de los recursos públicos. “La SEP tiene que informar sobre estas observaciones de la ASF porque los señalamientos son muy graves”, abundó.

SIN RESULTADOS VISIBLES: DINERO DERROCHADO

El Programa de Inclusión y Alfabetización Digital entregó las tabletas sin una planeación y estudio de impacto real, según mostró el informe de la ASF que recalca falta de planeación, metodología, capacitación y medición de resultados.

“Que la Coordinación General Prende.mx investigue las causas de por qué no dispuso de información, indicadores, ni metas para evaluar la contribución del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital en 2015, con el propósito favorecer el aprendizaje de los alumnos de quinto grado de primarias públicas beneficiados con tabletas electrónicas”, consta en una de las observaciones de la Auditoría.

Lo que la Auditoria Superior de la Federación demuestra es que el gobierno emprende programas educativos de una forma poco contundente, sostuvo el analista.

“Estos programas se han hecho más con el ánimo de generar la informatización del estudiantado y que esto repercuta en el nivel educativo”, agregó.
Para el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las autoridades han caído en el concepto denominado “determinismo tecnológico”, es decir, la creencia de que la tecnología por sí sola incide directamente en el desarrollo de un grupo social.

“No hay una adecuada planeación; se ha llegado a la premisa de que por el hecho de que se les otorguen estos equipos los beneficios educativos vendrán por sí mismos”, dijo.
La implementación de tecnologías y dotación de aparatos tecnológicos a estudiantes sin un estudio previo, organización y sin un seguimiento de resultados implica, a la larga, un dispendio de recursos, explicó Sosa Plata.

“Hasta el momento no hay estudios determinantes, en el caso de México, que todo este equipamiento que ha costado miles de millones de pesos haya tenido resultados efectivos: las pruebas enlace demuestran que, incluso, ha habido un retroceso en materias como matemáticas y español que son de las habilidades fundamentales que debiesen  tener los estudiantes, y todo indica que no funcionan en consecuencia con este equipamiento”, señaló.
El problema no sólo está vinculado a los estudiantes sino también con los profesores a quienes les brindan herramientas tecnológicas pero sin capacitación permanente para que puedan obtener el adecuado rendimiento y beneficios.

“En un momento determinado no se utilizan estos equipos para el proceso de enseñanza aprendizaje”, advirtió el investigador.

La ausencia de entrenamiento a maestros en el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital quedó expuesta en la fiscalización de la Auditoría que pidió a la Coordinación de PrendeMx investigar por qué no programó la capacitación de los docentes participantes.

“No contó con la totalidad de reportes de supervisión y seguimiento sobre el uso y aprovechamiento de las tabletas electrónicas. En la Matriz de Indicadores para Resultados del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital no se incluyeron objetivos e indicadores que cumplieran con la metodología del marco lógico. No se incluyó información suficiente sobre los resultados del Programa de Inclusión y Alfabetización Digital en el aseguramiento de la calidad de los aprendizajes en la educación básica”, se sumó en el informe del órgano fiscalizador.

INTERÉS ELECTORAL

La lógica de entregar recursos, aparatos, y abrir programas asistencialistas sin medición de resultados obedecen a un interés electoral, describió Gabriel Sosa.

“Es cierto, como ocurrió con los televisores, que se trabaja bajo una lógica político-electoral. Cuando se hace la entrega oficial de estos equipos hay por lo general un cerco político que convierte estos actos en actos políticos y no en actos de estado como debiesen ser”, abundó.
Finalmente el académico advirtió la urgente necesidad de que la sociedad civil se involucre en las políticas públicas y destacó que se debe hacer una revisión muy exhaustiva a los programas de Gobierno.

“México está destinando cuantiosos recursos en esto pero sin resultados efectivos en la educación”, concluyó Sosa Plata.