¿Voltear a Francia?
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Cuando llegaban a su recta final las campañas en Nayarit, Coahuila (aquí fue un funeral y parece que el muerto respira aún) y Estado de México, se eligió Presidente de Francia en segunda vuelta electoral. Como la agenda política local marcaba a la letra y era obligado escribir sobre el vecindario, este ensayo lo fui posponiendo hasta hoy. Incluso, ya hasta hubo elecciones parlamentarias en este mismo país; pero, sigue siendo harto interesante el panorama para que usted cuadre su puzle al respecto como siempre.
En Francia ganó el “banquero Macron”, así se dirigía al hoy Presidente de Francia, Emmanuel Macron, de apenas 39 años, su oponente, la ultraderechista Marine Le Pen. El domingo 7 de mayo fueron a las urnas por segunda vez y ganó y por paliza el centrista (“socio-liberal”, según otros) Macron. 65.5 de los votos emitidos en la urna fueron para él, el 34.5 de los sufragios fueron para lady Lepen. Y vale la pena analizar el suceso “democrático”, compararlo e intentar hacer una analogía con el entorno americano y doméstico. Es decir, compararlo y empatarlo con Estados Unidos de América, con México y con Coahuila. El presente texto será muy apretado, pero creo le servirá a usted para clarificar ideas al respecto. Ya luego lo abordaremos puntillosa y morosamente.
Hace un año, ojo, hace un año apenas, y cuando abandonó las filas de la burocracia francesa y luego las de la banca privada (fue cerebro financiero del socialista Francoise Hollande), Macron fundó el movimiento político “En Marcha”, el cual le sirvió de plataforma para llegar al máximo poder político apenas en un año. Es decir, quedaron fuera los partidos tradicionales de Francia que se disputaban periodo tras periodo la Presidencia del país. Centristas contra socialistas, liberales contra conservadores. Lo que aquí podría ser el PRI vs. PAN. Pero allá, con una verdadera fuerza emergente, la cual siempre había estado presente, pero aletargada, aunque muy viva: la extrema derecha. Para ello, Marine Le Pen aglutinó lo que se llamó el “Frente Nacional”. Aunque al final no pudo convencer de votar por ella a la extrema izquierda y terminó masacrada en las urnas.
¿Lo notó? Macron es un banquero, un oligarca (así lo acusó Le Pen una y otra vez), sí, como… Donald Trump. Son dos tipos de “políticos” que no son políticos, estrictamente políticos. Y en manos de estos plutócratas está quedando el mundo. Hace un año era impensable que ganara Macron. Hoy, lo ha consumado. EM es hijo de dos médicos y formado en la ENA (Escuela Nacional de Administración).
Esquina-bajan
Y no deja de ser “chistoso” lo anterior. Es decir, el conservador PAN necesitó de 70 años para vencer al PRI en las urnas y gobernar al País con un deslenguado Vicente Fox en el 2000. El PAN necesitó de un ayuno de poder de más de 14 lustros para poder sacar al Revolucionario Institucional de Los Pinos (“echar al PRI”, fue el ofrecimiento en ese entonces de Fox). Y si usted lo nota, a nivel federal y a un año de las elecciones presidenciales de México, hay una agrupación política que tiene apenas dos años de fundada, pero con lustros de bagaje político con el crucificado que lo representa, es MORENA de Andrés Manuel López Obrador.
Con dos años apenas con registro político, es lo más cercano para sacar al PRI de nuevo de Los Pinos. Igual que ha pasado con “En Marcha” en Francia.
Pero, en esta era “anti-establishment”, no hay partido político tradicional fuerte y ganador, vamos de acuerdo, pero hay algo peor a mi juicio: están llegando a las Presidencias no monarcas (realmente eso son), no miembros de la realeza con títulos como reyes o príncipes; pero están llegando los oligarcas (siempre han llegado), los plutócratas, los clanes familiares como en Estados Unidos (los Roosevelt, los Adams, los Clinton, los Bush, los Kennedy. Hoy los Trump) y ha llegado el financiero Macron en Francia. Le Pen se presentaba como la “enemiga de la oligarquía” y hablaba de que era un “peligro” dejar su país en manos del banquero.
Se quería que un “No” político tradicional se hiciera cargo de las riendas de Estados Unidos. Lo lograron. Llegó el gobernante más rico que ha pasado por la Casa Blanca y sus meses de gobierno han sido todo lo estrafalario, chistoso y ocurrente que imagina un tipo rico, un rico que puede comprar todo a su alrededor: los Trump bajando del avión presidencial todo el tiempo, retratados sobre sillas doradas; la hija favorita, Ivanka, sin cargo oficial alguno los primeros días, pero siempre en la primera fila del poder en actos oficiales. Ya luego, recibió el cargo de “Consejera del Presidente.” Su esposo, yerno de Donald, Jared Kushner, hijo de un multimillonario de Nueva Jersey, fue nombrado “asesor principal.” El nepotismo es lo mismo aquí que en EEUU.
Letras minúsculas
Los Trump maneja ya al país más poderoso como su empresa privada, una más del clan. Sí, como tal vez lo pueda hacer hoy… el banquero Macron en Francia.