El eclipse versus los oscurantistas que le adjudican calamidades
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Por lo que a mí respecta, será un momento esplendoroso, porque podremos atestiguar cambios atípicos en el cielo y observar ciertos hábitos en la fauna
Me pregunto si cada vez que se hace la noche al ocultarse el Sol en este punto porque sigue su viaje alrededor de la Tierra e ilumina otro lado, tendríamos qué hacer un ritual de limpieza para dejar ir las energías estancadas.
Recuerdo el Museo de Antropología e Historia en 1991 en la Ciudad de México. Acudí a observar el eclipse anular entre multitudes que escuchaban instrumentos prehispánicos, danzas y flores. Hoy, luego de 33 años, en Coahuila también tendremos una noche breve durante el día.
Por lo que a mí respecta, será un momento esplendoroso, porque podremos atestiguar cambios atípicos en el cielo y observar ciertos hábitos en la fauna. Si se gesta una breve noche, desciende la temperatura por ausencia del Sol y ciertos animales de hábitos nocturnos harán su aparición. No encuentro motivo para considerar a un eclipse como un mal augurio, más bien constituye un momento de atenta contemplación; mañana lunes 9 de abril las miradas se posarán en uno de tantos eventos astronómicos maravillosos que ocurren diariamente, cada segundo en el cielo, aunque no tengan la publicidad de un eclipse y aunque no nos demos cuenta.
¿Qué responsabilidad tiene el paso elegante de la Luna al colocarse entre el Sol y la Tierra, de las guerras que gestamos como especie humana? Es un singular pretexto que elimina el peso de nuestros actos en este planeta. Algunos dicen que seguro fue el eclipse o el movimiento de los astros lo que provocó tal o cual cosa tanto en la vida común como en la vida privada; que el eclipse avisa de una guerra, una enfermedad o una desgracia. Argucias. En este mismo instante y meses antes del eclipse prevalecen conflictos bélicos pululando y calamidades les ocurren a personas buenas, o gente se enferma al consumir agua contaminada. No son los eclipses, somos nosotros.
Si todos los días el Sol sale y todos los días se oculta, ¿Qué mensaje secreto hay en eso? Diría yo que nos da algo valioso: el asombro del collar de estrellas, una fascinación ante la luz del amanecer filtrada entre las montañas o el pasmo ante tanta desigualdad que nos impele a cambiar el orden de las cosas.
Estos momentos de quietud ante esa oscuridad y luego ante la luz revelada, podrían ser también una puerta para comprender, escuchar y observar los ritmos del mundo. Todos los días el Sol incide sobre nosotros y la Luna también, somos cuerpos a los que riegan tanto el astro como el satélite con sus particulares efectos sobre la vida.
En la antigüedad, los griegos pensaban que un eclipse no era otra cosa que la ira de los dioses. Ahora hay gurús espirituales que dicen que la Luna bloquea o ensombrece al Sol, lo que implica que hay una “energía densa”, y que lo más que hay que hacer es un ritual para limpiar las viejas energías estancadas.
Por lo pronto estaré muy atenta al eclipse, el cual será un signo más de la gran complejidad y belleza a la que acudimos en este sueño breve de estar vivos.
El vocablo eclipse proviene del latín eclipsis, y a su vez deriva del griego ékleipsis, que significa desaparición.
Encuesta Vanguardia
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